Pongamos que hablo de...Madrid

La semana pasada hicimos una visita fugaz a Madrid, mi chico fue al concierto de Metallica (por cierto un desastre de organización, para volver del ifema...3 horas tardaron, toma nota si vas allí a algún concierto porque el transporte es desastroso) y yo aproveché para perderme sola por el barrio de las letras.
Hacía muchos años que no iba por Madrid, la última vez fue con mi amiga Paola para ver el musical de Mecano, cuando aún soñábamos con vivir de la música...
Al principio me sentí un poco de pueblo la verdad, aquello es tan grande que a pesar de haber crecido y vivido hasta los 30 en Valencia capital, me sentí pequeña. Pero luego fue genial, vi rincones preciosos y vida, mucha vida. Me encantó callejear sin más compañía que la mía, sin destino ni tiempo.
El sábado nos dedicamos a hacer turismo, desayunamos en "Las Bravas", tortilla de patatas (aquí la foto) y calamares, no tenía mucha fe porque pensé que por su situación sería un sitio para guiris, pero fue una de las mejores tortillas que me he comido. Después de hacer el típico recorrido turístico, y comernos el famoso bocadillo de calamares, (que estaba buenísimo pero a juzgar por el aspecto de la freidora fue raro que no acabásemos malos contándoselo al señor Roca), después paso por el Mercado de San Miguel, donde probamos una sardina ahumada y unos arenques marinados buenísimos en La casa del Bacalao, y probé por fin el Aperol Sprtitz que llevaba años queriendo probar...(Aquí las impresiones) y terminamos comiéndonos un bocata de calamares en Casa Rua. Descansamos y quedamos con una amiga muy nómada que entre México y Berlín pasaba por Madrid esos días, y nos llevó a cenar a "El Imparcial", y no puedo más que recomendaros que si tenéis oportunidad vayáis a probarlo. El sitio es precioso, un antiguo palacete restaurado, y yo me senté en una silla peluda que me hizo sentir más moderna y glamurosa que Pipa de Segovia y Salvatierra en "Fuimos Canciones" de Beta Coqueta. El trato fue inmejorable y cenamos genial y muy bien de precio.
Nuestra elección:humus con crudités, degustación de croquetas, sashimi de salmón y una pizza para compartir; Me quedé con ganas de postre porque las tartas tenían una pintaza... pero es que no podía mas (y los que me conocéis sabéis que si hubiese podido las pruebo, vamos que si las pruebo) A la próxima será. Para terminar una copa en la "Sala Equis" y de vuelta a Valencia.

Visita fugaz como digo, pero muy bien aprovechada, tendremos que volver porque vi muchiiiiiísimos sitios chulísimos a los que no pude ir por falta de tiempo. Y Madrid tiene algo que...me gusta, supongo que porque parte de mi familia es de allí, y algo en el fondo de mi me dice que en otras circunstancias me hubiese gustado vivir allí.